Climatización

No es fácil concluir qué sistema es mejor o peor, pero si podemos repasar algunas de las ventajas y características de estos sistemas de calefacción. A continuación, te enumeramos algunos «tips» básicos que pueden ayudarte a la hora de decantarte por una u otra opción:

  • El suelo radiante es más caro: su instalación requiere de una mayor complejidad técnica, lo que conlleva un incremento en la inversión inicial
  • El suelo radiante consume menos: funciona con un circuito de agua a baja temperatura, consumiendo entre un 10% y un 25% menos, en relación a otros sistemas de calefacción
  • Los radiadores, más recomendables para usos puntuales: mientras que el suelo radiante es más recomendable para viviendas cuyo uso de la calefacción vaya a ser continuo
  • El suelo radiante es invisible: los radiadores, en cambio, ocupan un espacio físico considerable, que debe ser tomado en cuenta a la hora de diseñar la distribución del mobiliario de la casa
  • El suelo radiante reparte mejor el calor: este se reparte de forma uniforme por toda la casa y no se acumula en zonas puntuales, como los lugares más próximos a los radiadores
  • El suelo radiante también puede ser refrescante: existe la posibilidad de emplear este tipo, para conseguir una climatización integral que nos aporte calor en invierno y refresque el ambiente en los meses más cálidos

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