NoticiasRenovables

Artículo de Ángel Martínez, presidente de ANPIER (Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica)

FUENTE: Energías renovables, el periodismo de las energías limpias

El año que ahora despedimos ha sido, desgraciadamente, extraordinario. Un microorganismo ha puesto en jaque a toda la Humanidad. Por eso, mi primera reflexión es de pesar por el quebranto humano que estamos sufriendo.

El sector eléctrico español ha sido también un fiel termómetro de la crisis socio-económica que ha originado la Covid-19, con una caída de la demanda de hasta el 17,3% en abril. En los once primeros meses del 2020, según datos de REE, la demanda se estima en 227.551 GWh, un 6,2% menos que en el 2019. En abril el precio medio del pool en nuestro mercado eléctrico se situó en los 17,65 €/MWh y el ejercicio se cerrará con un precio medio no muy superior a los 35 €/MWh, cuando en 2019 este precio medio fue de 47,68 €/MWh.

La coyuntura actual no debe hacernos perder la perspectiva a medio y largo plazo. El gran objetivo es la descarbonización para evitar una catástrofe climática. La Unión Europea ha decidido elevar del 40% al 55% la reducción de emisiones en 2030 (con respecto a las que había en 1990), este nuevo horizonte se ajusta a la urgencia de transforma nuestros abastecimientos energéticos y racionalizar la forma de producir y consumir bienes y servicios, la tecnología es capaz de satisfacer este reto.

Sin embargo, se perciben desequilibrios alarmantes que habrán de ser corregidos de manera urgente. En el Sistema Eléctrico español, hasta el mes de noviembre (incluido), las renovables habían producido un 13,4% más que en el mismo periodo de 2019. Según datos de Red Eléctrica Española (REE) de enero a noviembre de 2020, la generación renovable alcanzó una cuota del 43,3% del total nacional y en el mes de noviembre el 64,9% de la producción eléctrica procedió de tecnologías que no emiten CO2.

Sin lugar a dudas, en el Sector Eléctrico español se han hecho los deberes. Hemos madurado en tiempo record -en parte gracias a las 60.000 familias fotovoltaicas- las tecnologías de generación renovable; a pesar de los furibundos ataques que nuestro colectivo ha recibido y de los drásticos recortes retroactivos soportados, contamos un parque de generación limpia importante y con una industria capaz de culminar el proceso de transformación, de fósil a renovable, en muy pocos años. Todo el esfuerzo económico para poder afrontar el reto de la transición ecológica ha recaído únicamente sobre una parte, además muy pequeña, de la generación de energía: el sector eléctrico-renovable, al que habría que reconocerle su labor, porque la capacidad de penetración de energía limpia planificada en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima para el año 2030 está garantizada.

Sin embargo, en la actualidad, tan solo un 27% de nuestros consumos totales de energía son cubiertos por el Sistema Eléctrico, mientras que el grueso de nuestra demanda de energía sigue “cautiva” de la generación de origen fósil: derivados del petróleo y gas, básicamente que, como sabemos, son las que emiten un 70% de los gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático.

Recordemos bien el año 2020, que no se nos olvide nunca que debemos estar preparados para contingencias dolorosas y que una buena planificación evita graves quebrantos a la sociedad. Recordemos que nos enfrentamos a nuevas amenazas, consecuencia de la trasformación climática que hemos provocado con la quema de combustible fósil, y que debemos articular mecanismos de adaptación y revertir las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar los daños más severos.

Deja una respuesta